LOS MERCADILLOS SON LO NUESTRO

Quien dijo que segundas partes nunca fueron buenas. El segundo mercadillo del Moro Isidoro ha sido un éxito económico y de público.
Dejando de lado las frases hechas, realmente creo hablar en nombre de todos los currantes, que han sido muchos, que la sorpresa ha sido mayúscula pues había algún nervio sobre el resultado final. No nos esperábamos ni tan buen tiempo, ni tanta gente, ni tantas cosas por vender, ni tantas ganas de disfrutar de todos los que se acercaron. Muchas gracias por vuestra colaboración.
Ha sido muy bonito ver a dos jóvenes de Bellas Artes presentarse en cuanto se abrió la puerta, pues forman parte del equipo que Santiago Cirugeda está montando para hacer la sombra y habían quedado allí con él, para pensar en nuestro patio. Estuvieron pensando y esperando y después de dos horas se fueron. Pero Santiago llegó, más tarde, y compartió con nosotros la tarde de sol para saber de primera mano la orientación de los patios, y la necesidad real de nuestra demanda, que aunque en el mes de noviembre quien puede darle la espalda al sol no le molesta, los que curraron detrás de la barra del bar y en el stand de camisetas lo sufrieron lo suficiente como para dejar constancia de lo que puede ser un mes de junio en nuestro cole. Tiene por delante un gran trabajo, aunque cuenta con nuestra ayuda y la de todo el colegio, los niños ya han empezado a trabajar dibujando como quieren su patio. El colegio nos ha facilitado todos los dibujos que estamos escaneando y que colgaremos aquí.
También se pasó un matrimonio despistado con un marido manirroto que encontró cosas que comprar por un valor superior a 60 eurazos!!!, y que después de irse arrastrado por su mujer tuvo que volver a pedir un teléfono móvil para hacer una llamada y localizarla. No sabemos si la señora decidió dejarlo plantado con sus cachivaches.
Y se hicieron grandes amistades, como la de dos amantes de la música llorando juntos, uno por perder su colección de cd´s que en un arranque de generosidad puso a la venta, y el otro por encontrarse ese tesoro a su alcance. Auguro tema de conversación entre ambos los nueve años que dura el cole.
Y descubrimos al Nasrudín de nuestro cole, un niño de 6 años que le pidió a su madre vender los cuentos que había llevado. Se sentó en el suelo con todos a su alrededor dando las explicaciones que consideraba necesarias, pero sobre todo dejando bien claro que era un material a la venta. No me hubiera gustado ser yo quien recibiera su mirada de halcón cuando alguien cogía un libro y tardaba más de lo razonable en pagarlo o en soltarlo.
Y se consiguió vender la Polaroid, que era una de las joyas de la corona pero con poca salida, y ya tenemos apalabrado para el próximo mercadillo un libro de una autora hindú que una chica vio por la mañana, se fue a pensárselo y cuando vino a la tarde a por él ya habíamos recogido.
Y vino la Jefa de Estudios, Lola .....
Pero no hace falta que siga haciendo la crónica pues todo ha quedado grabado, no os preocupeís que hemos salido muy guapos, el director es un profesional. Lo veréis a final de curso cuando se termine el documental sobre el Moro Isidoro y su “Isidoro Sombra Festival” que se está rodando con todo lo bueno que surge cuando los hijos nos hacen  generosos a fuerza de quererlos.

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